domingo, 22 de agosto de 2010

¿Desde cuándo sabemos que la tierra no es plana?

No sé si sea cierto, pero algunos manejan que durante la época en que Colón accidentalmente descubrió América, muchos lo trataban de persuadir al advertirle que la tierra era plana, y que al llegar a la orilla, sus naves irremediablemente tendrían que caer.

Lo que es definitivamente cierto, es que la gente de ciencia de aquellos tiempos sabía claramente que la tierra era curva. De hecho, se tienen registros que prueban que desde hace más de 2000 años se tenía no sólo conocimiento de este hecho, sino que se sabía con bastante precisión qué tan grande es nuestro planeta.

Los registros a los que nos referimos tienen como autor a Eratóstenes, un matemático, astrónomo y geógrafo griego quien usó poco más que su ingenio para llegar a sus conclusiones. En Wikipedia se puede encontrar una explicación de su método, pero mucho más claro es Sagan en su serie Cosmos. A continuación el video:

sábado, 14 de agosto de 2010

Pobres elefantes...

¿Y peor estaba la tortuga!


La imagen es una representación de nuestro planeta según algunas ideas Hindúes. Para empezar la tierra era plana, y descansaba sobre cuatro enormes elefantes. A su vez, los elefantes se encontraban en la parte superior del caparazón de una enorme tortuga.

Recuerdo que de niño leí que esta enorme tortuga nadaba en un infinito mar, pero en otras partes he visto que estaba parada sobre una serpiente que se curvaba para morder su propia cola:



Me encanta pensar que quien quiera que pensó en esta idea al principio, tuvo que enfrentar dilemas con infinitos:
  1. La Tierra era plana y tenía que descansar sobre algo: Los Elefantes.
  2. Los elefantes tienen patas, y las tiene que apoyar sobre algo: El caparazón de una Tortuga.
  3. Pero ahora la Tortuga debía descansar sobre otra cosa, y luego la siguiente cosa tendría el mismo problema, y así hasta el infinito... 
¿Cómo resolver el problema? Había que pensar en algo sin fin. En la primera opción, pues simplemente colocaron a la Tortuga sobre un mar "infinito". La segunda solución me parece todavía más interesante: Los hindúes representaron al infinito como una serpiente que mordía su propia cola. ¡Esta idea permitía descansar a la tortuga sobre algo que, al menos de cierta forma, no tenía inicio ni final!

Imágenes: CienciaxxiCheloniofilio.

lunes, 2 de agosto de 2010

Y con ustedes: ¡Wikisource!

En la anterior entrada hablamos sobre algunos de los más antiguos y mejor conocidos registros sobre la creación de nuestro universo. En lo particular, las similitudes me parecen asombrosas, pues estamos hablando de culturas muy lejanas, tanto en tiempo como en espacio. De este detalle, probablemente hablemos más adelante, pues por el momento sólo quiero presentarles a una hermanita menor de Wikipedia: Wikisource.

Wikisource es un proyecto hermano de Wikipedia que no pretende ser una enciclopedia, sino una biblioteca electrónica gratuita. Gracias al trabajo de voluntarios, Wikisource ofrece libros enteros que pertenecen al dominio público.

¿Qué es dominio público? La respuesta no es del todo sencilla, pero trataremos de explicar la idea básica. Cuando un autor crea una obra literaria -en otros tipos de obra tenemos una situación similar-, las leyes le ofrecen una exclusividad para explotarla comercialmente. Esto se hace, con la intención de proteger el trabajo -y los ingresos- de los escritores. Sin embargo, pensando en el resto de la sociedad, y en su derecho al acceso de información, educación y cultura, las mismas leyes aclaran que cualquier obra pasará a ser de todos -dominio público-, después de cierta cantidad de años. La cantidad de años que las obras son protegidas depende de cada país, pero en prácticamente todo el mundo se trata de una cantidad que oscila entre 50 y 100 años después de la muerte del autor, o después de haber sido publicada por primera vez la obra.

Gracias a que el Popol Vuh, el Génesis y Teogonía son obras que por mucho superan los 100 años de haber sido por vez primera publicadas, todas ellas son de dominio público, y las puedes leer gratuitamente desde Wikisource.

Existen en internet más proyectos similares a Wikisource. De hecho, yo conocí primero al Project Gutenberg, por donde también te puedes dar una vuelta.